Comentario
Las primeras fases de construcción de la mezquita son el principal y casi único título de gloria de la dinastía en la época del emirato, y que la cultura de aquella época se reducía prácticamente a las ciencias jurídico-religiosas, a una poesía poco original y a unos ensayos de crónicas y tradiciones, todo siempre bajo la dependencia de Oriente. En la época califal, en cambio, surgió una cultura más variada y dinámica en la que empezó a florecer una producción literaria, histórica y científica que se había liberado de las influencias orientales. Se desarrollaron también artes suntuosos -como el tejido, los marfiles y los bronces- y otros más corrientes como la cerámica.
La imitación de Oriente no desapareció y se cita al respecto la obra de uno de los primeros y más conocidos hombres de letras andalusíes del siglo X, Ibn Abd Rabbihi. Nacido en el 860 y muerto en el 939, era el panegirista oficial de la dinastía marwaní. Fue el autor de uno de los tratados de adab más famosos titulado al Iqd alfarid (Collar único). Se le considera compilador de los grandes autores orientales, dotado de talento literario, que prestó poca atención a las realidades de su tiempo y de su país. Se lamentaba Levi-Provencal diciendo: "Qué mina documental hubiera sido su obra para la España marwaní si se hubiera preocupado por interesar un poco más a sus lectores". Con razón el célebre visir buyí de la segunda mitad del X, al-Sahib b. Abbad, después de haber encontrado el libro de Abd Rabbihi y haberlo leído buscando en vano información sobre España, exclamó: "No es más que nuestra mercancía que nos están devolviendo aquí". Este juicio, tal vez severo, no corresponde claramente a las normas de los contemporáneos que hicieron del Iqd uno de los principales instrumentos de cultura en el sistema educativo de los andalusíes, precisamente porque condensaba brillantemente toda la sabiduría oriental. Anwar G. Chejne dice con más indulgencia que "a pesar de su dependencia de los autores orientales en la forma y el contenido, Ibn Abd Rabbihi muestra gran inventiva en la disposición de la obra, escribiéndola como un todo continuo, lo cual consigue empezando cada libro con una introducción relacionada con el anterior. El Iqd tiene también la virtud de ser la obra de adab más completa, conteniendo algo de cada tema, y su escogida selección justifica que el autor la titule Collar único".